domingo, 20 de marzo de 2011


La Realidad, una exploración filosófica interminable


Proveniente del término latín realitas -cosas- la realidad puede definirse como la aceptación individual o grupal de la existencia material e inmaterial de un sujeto, objeto o situación, legitimada a nivel cerebral mediante procesos cognitivos, experiencias, convenciones o deducciones, como resultado de un continuo raciocinio basado en el logos.

La concepción del ser y no ser desencadena un extenso debate filosófico que origina el concepto de realidad para atribuir una explicación a los acontecimientos ya sean objetivos o subjetivos, mediante significados que demuestren y justifiquen un arquetipo lógico.  De manera que psicológicamente, la realidad será concebida mediante el encuentro de un sentido existencial, tal y como lo explica el psicoanalista Viktor Frankl en su teoría de la Logoterapia, donde se plantea la percepción de un componente exterior, que genera reacciones positivas.

Aproximadamente, en el año 450 a.c. surgieron los primeros planteamientos e hipótesis de lo qué puede conocerse como realidad. Sócrates, pensador griego, desarrolló la noción de una realidad subjetiva, relacionada directamente con las creencias y condiciones de vida de una persona. No obstante, también aseguró la presencia de verdades universales independientes del idealismo individual. Por ejemplo, la realidad política, económica o cultural de un territorio. Asimismo, la comprensión generalizada del bien y del mal. Platón, por su parte postula al mundo de las ideas como única realidad frente al cual, el mundo corpóreo es una falsificación del pensamiento original. En cambio, Aristóteles, afirma que la realidad se centra en un espacio material, capaz de ser comprobado por los cinco sentidos, y científicamente demostrable.

En el siglo XX, el sociólogo Emile Durkheim explica el estudio de la realidad a partir de los hechos sociales, como situaciones que requieren ser analizadas profundamente con criterios objetivos de causalidad. Tiempo después, el sociólogo Pierre Bourdieu plantea a la realidad como un factor incambiable dentro de un habitus y estructura permanente, dentro de la cual varían los campos y agentes en juego.